Estado de las obras en Horizontes de Villa Campestre.
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¿Casa en el aire? ¿Así quedará el sueño de un alemán tras comprar dos apartamentos en Grama?

Guido Kück espera que pronto estén listas las escrituras de sus dos inmuebles.

Paciencia es la que ha tenido el ciudadano alemán Guido Kück, quien hace unos meses, junto con su pareja colombiana, compró dos apartamentos en el proyecto residencial 'Horizontes de Villa Campestre', de Grama Construcciones. Y es la misma que parece ahora acabarse.

Después de pagar de contado los dos apartamentos en su totalidad, con una suma cercana a los 500 millones de pesos y luego de la entrega de los dos inmuebles, por parte de la constructora, Kück pensaba que todo estaba bien hasta que se percató en la demora de las escrituras, todo por cuenta de que Grama no le pagó al banco BBVA los dineros de la hipoteca y, por consiguiente, no se  completó el proceso de escrituración, situación que se mantiene desde marzo hasta el momento.

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Para Kück, los 45 a 60 días hábiles de los que habló la constructora en un correo, fechado el 18 de marzo, se vencieron en junio pasado y el proceso sigue estancado. Si bien tienen posesión de los apartamentos porque los compraron de contado, Grama debe pagarle al banco una suma por ellos correspondiente a la hipoteca mayor del proyecto. Lo que sí hizo la constructora fue certificarles por escrito, a él y a su pareja, la compra de los dos inmuebles en el Conjunto residencial Horizontes de Villa Campestre por las sumas de $237.300.000 y $222.300.000 y que ambos apartamentos están a paz y salvo con esa empresa. La certificación está firmada por la gerente regional.

No fue el único incumplimiento

El sueño de Guido Kück de “construir” un hogar en Colombia no comenzó en este proyecto sino en el de Ciudad Caribe. Cuenta el ciudadano alemán, que hubo un primer incumplimiento de la esa empresa, cuando se cayó el acuerdo firmado en abril de 2018 de los dos apartamentos que con esta constructora habían negociado en el  proyecto La Floresta. “Lo vendieron a otras personas”, anotó. Después de esto fueron convencidos, en octubre de 2018, para firmar “nuevos contratos para otros dos apartamentos en Ciudad Caribe”, que aparentemente si desistían sería con las mismas condiciones que los anteriores.

“Descubrimos que estos nuevos contratos tenían un cambio sustancial, una multa del 10% en caso de cancelación para cada apartamento, mucho más de lo acordado en el contrato anterior en el que era solo un millón. Si hubiéramos cancelado estos contratos, eso significaría que tuviéramos que pagar una multa de 22 millones de pesos colombianos”, relató.

El ciudadano y su pareja barranquillera, de quien omitimos su nombre a petición suya,  decidieron esperar si el Grupo Grama realmente comenzaba con la construcción en Ciudad Caribe. “En diciembre se nos presentó el proyecto Horizontes, como el único proyecto con entrega inmediata y se nos explicó que si decidiéramos comprar, podríamos recibir los apartamentos ya en febrero o marzo y obviamente, estaba muy avanzado. Nos ofrecieron un bono de 6 millones de pesos colombianos para cada apartamento y finalmente compramos 2 inmuebles en este proyecto”, anotó en su relato.

Kück, quien es un profesional que vive de su trabajo, busca que la constructora Grama agilice el tema de la escritura, porque siente como sus ahorros están como en el aire. Incluso, cuando conoció de los problemas que afrontan accionistas con la justicia colombiana, con la detención del máximo accionista de la misma Fernando Marín, a quien la Fiscalía le endilgó seis eventos relacionados con ocultamiento de dineros, por los ilícitos del carrusel de contratos en Bogotá; no se le vino otra cosa a su mente que cómo esta situación podía afectarlo.

Piensa que esta situación la está viviendo por haber pagado los apartamentos de contado, porque quienes pagaron una cuota inicial les fue mejor porque sí tiene los inmuebles a su nombre e hipotecado a una entidad bancaria.

Entre las correos del ciudadano está uno dirigido al señor Diego Marín en el que le pide su intervención en su caso, Marín le contestó el 26 de mayo pasado diciendo: “Apreciado señor Guido: Estamos haciendo todo para solucionar el tema lo más pronto posible. Le pido un poco más de paciencia por favor”.

El ciudadano alemán lleva su caso, con detalle, guarda cada correo y ha consultado hasta con Camacol su caso, pero aquí encontró una respuesta que lo dejó perplejo: “Camacol Atlántico no es una entidad pública, ni ejerce funciones públicas ni tiene relaciones de subordinación o superioridad con los constructores y/o potenciales compradores. Asimismo, no tiene dentro del alcance de sus actividades el prestar asesoría para casos particulares,ni de nuestros afiliados ni de terceros. Precisado lo anterior, y en este mismo orden de ideas, las inquietudes por usted presentadas se refieren a un negocio jurídico particular celebrado con la Constructora Grama, a quien debe dirigirse para que, en el marco del contrato celebrado, puedan determinarse las obligaciones de cada una de las partes”.

Cuando buscó ayuda en BBVA, el encargado del tema confirmo el recibo de su correo, con los pagos hechos a Grama; con el mensaje: “nos estaremos comunicando con la Constructora para indagar sobre este caso y le estaremos informando”.

Pero, ¿cuál es la verdad que no le ha dicho Grama a los compradores? Para , “cuando nos ofrecieron los proyectos y firmamos la propuesta, no se nos informó sobre demoras o posibles problemas. Solo fuimos informados por otros sobre los problemas financieros de Grupo Grama”.

Guido Kück da a conocer su caso porque para él no es justo que habiendo cumplido con todos los arreglos contractuales con el Grupo Grama la constructora incumpla el contrato, no pague a BBVA y no complete el proceso; es decir, que libere los dos apartamentos de la hipoteca mayor y pueda darle así vía libre a las escrituras.

La última comunicación que tuvo con del Grupo Grama fue el 29 de junio pasado, cuando les dijo que vencía el ultimátum para comenzar un proceso legal en contra de la constructora. La respuesta fue “estamos enfocados para solucionar”. De esa fecha a hoy 2 de septiembre han transcurrido 42 días y ni una llamada ni un correo esperanzador.

Línea de tiempo en el caso de Guido Kück.